Un humilde homenaje al constructor, al cuidador, al detector de anomalías y situaciones especiales, a quién con su cariño, esmero y sudor conserva los espacios verdes.
Autor: Wenceslao
El otoño en Mendoza tiene ese “que se yo”… viste?
Salís de casa por Guardia Vieja, lo de siempre en la calle y en vos… Cuando de repente, detrás de un plátano aparezco yo, “El Cordón del Plata”…